(Publicación de la Hermandad Virgen de los Santos de Pozuelo de Calatrava)
Calatrava Digital.- Cuando están próximas las fechas a la llegada de Ntra. Sra. Maria Cabeza de Todos los Santos, a su pueblo, Pozuelo de Calatrava, es inevitable recordar cuando y porqué tienen inicio estas visitas, que comenzaron de manera excepcional como rogativas a nuestra Patrona.
Es costumbre ancestral en nuestra geografía promover rogativas a los Santos Patronos de los lugares, con el fin de hacerles llegar las suplicas de sus fieles y devotos. Estas rogativas, son oraciones destinadas a buscar la intervención sobrenatural ante distintas adversidades o graves necesidades, y casi siempre coincidían con periodos criíticos para las cosechas.
Una de las necesidades que a lo largo de la historia, más rogativas ha movido, es sin duda la escasez de agua, por el temor a posibles sequías, perdidas de cosechas o incluso situaciones de hambre en la población. Ante estos temores, se sacaba del templo la imagen para que al contemplar la situación pudiese poner remedio.
A veces las reliquias o la propia imagen se sumergían en agua. Era una forma de convencer al invocado de la necesidad de la lluvia. Hay una copla alusiva en La Alcarria:
No he visto gente más bruta
que la gente de Alcover,
que echaron el santo al río,
porque no quiso llover.
De igual manera, la llegada de la Virgen de los Santos a su pueblo, también está ligada en sus inicios, a situaciones semejantes. Así lo testimonia, uno de los primeros artículos que encontramos, en la prensa local, en concreto en el decano de nuestros periódicos el Diario Lanza, que el dia 15 de marzo de 1944 se hacia eco de la llegada de nuestra Patrona al pueblo.
Pero para dar mejor testimonio de todos estos estos traslados reproducimos a continuación el articulo escrito por Miguel Sánchez Miguel, en la revista conmemorativa de la Coronación Canónica de la imagen, año 1996.
Los traslados a Pozuelo.
A lo largo de la historia de la Cofradía, sólo en contados casos se han producido traslados de la imagen de Nuestra Señora de los Santos a la Parroquia de Pozuelo. Los que han tenido lugar, han sido siempre ocasionalmente y con motivo de alguna situación especial, como pueden ser las rogativas en tiempos de sequía o alguna amenaza de epidemia. A este respecto, en las Descripciones del Cardenal Lorenzana, redactadas en 1782, se dice lo siguiente:
“Son inexplicables los veneficios de esta billa y las de su comarca reciven de esta Divina Señora por medio de su intercesión del Todopoderoso; siempre que hay necesidad de agua, en cuyo tiempo se trae a ella de rogativa, y no se hada do exemplar se haua buelto a su santa casa sin haverla socorrido con el rocio del cielo y juntamente a las de su comarca, por cuyo motibo todos la llaman Llovedora”.
Llama la atención de esta cita el sobrenombre con el que cariñosamente se designa a la Virgen: “la Llovedora”. Y da la impresión que era un apelativo extendido no sólo en Pozuelo, sino en toda la comarca, lo que demuestra también que la fama de Nuestra Señora de los Santos se extendía a todos los pueblos limítrofes. Calificativo que, por otra parte, no ha llegado a nuestros días, debiéndose perder hacia la segunda mitad del siglo XIX.
En los documentos antiguos conservados en el archivo parroquial de Pozuelo no existe constancia alguna que haga referencia a las visitas que pudiera haber efectuado la Sagrada Imagen a la Parroquia. Pero se puede asegurar que nunca han sido de forma regular, cada cierto período de tiempo. No obstante, los traslados no debieron ser excesivamente distantes en el tiempo si tenemos en cuanta una copla popular que se cantaba a la Virgen y que todavía recuerdan algunos de nuestros mayores:
“Cuando llegabas al Llano
te ponían el sombrero
y la capilla celeste
para entrar en el Pozuelo”
Si esa copla se cantaba, no es posible que se refiriese sólo a una visita esporádica, sino que debían repetirse aunque no fueran con carácter periódico.
1593
El primer traslado de la Virgen a Pozuelo del que tenemos constancia documental nos remite a 1593. Una visita de la Orden de Calatrava al Santuario nos refiere lo siguiente:
“Otrosi vimos y visitamos la hermita de nuestra señora de cabeça los santos ques a dos leguas de la villa del Pozuelo y termino della a cargo de probeer e reparar de bos el dicho concejo la cual hallamos bien tratada e reparada y el altar decente y empeçado a hazer un retablo de yeso y en el dicho altar puesto un cruzifixo en una cruz pequeña porque la ymagen de nuestra señora de cabeça los santos la aveis llebado a la villa del pozuelo el postrero día de pascua de resurresçion por la debucion de la necesidad de agua”.(1)
Mayo de 1890
La primera reglamentación en la que encontramos una referencia acerca de los traslados de la Virgen a Pozuelo son las Ordenanzas de 1880 en las que se dice textualmente lo siguiente:
“Ordenamos que si Dios Nuestro Señor fuere servido castigarnos en alguna ocasión, con alguna enfermedad contagiosa, falta de lluvias ó alguna otra, seamos obligados á gestionar y obtener del Reberendo Cura Párroco y Autoridades locales el permiso necesario para trasladar procesionalmente y en forma de rogativa la Imagen de Nuestra Señora desde su Ermita a la única Parroquia de esta Villa, con el fin de impetrar de su milagrosa intercesión el remedio de tal calamidad; celebrándose una solemne función de rogativa al efecto expresado, y una vez terminado el novenario que la devoción de los fieles y Corporaciones acostumbran á verificar en semejantes aflicciones sea restituida la Imagen de Nuestra Señora á su Ermita con el mismo acompañamiento y aparato desplegado en su traslación á esta Villa”.(2)
El 27 de mayo de 1890, diez años después de la aprobación de las mencionadas ordenanzas, se produce una visita de la imagen de la Virgen a Pozuelo. Sabemos, y por ello tenemos referencias de este traslado, que el sacerdote de la parroquia, D. Casimiro Herrera Muñoz, compuso cinco décimas bellísimas con motivo de esta visita. Por su interés reproducimos dos de ellas, la primera y la quinta:
I
¿Veis esa blanca paloma
que entre colinas volando
hacia su pueblo mirando
por las colinas asoma?
Pues es María que toma
su rumbo para el Pozuelo
donde con ferviente anhelo
la esperan sus hijos todos,
que por diferentes modos
la aclaman Reina del Cielo.
V
Ahora madre de Consuelo
oye la voz suplicante,
que eleva con pecho amante
la juventud del Pozuelo.
Manda el rocío del cielo
como otros favores tantos.
Enjugad hoy vuestros llantos
como siempre Virgen pía,
¡Viva por siempre María
Reina de todos los Santos! (3)
Bien puede deducirse que la razón de este traslado pudo ser, según se ve en la última de estas décimas, el hacer rogativas para pedir la lluvia.
Abril de 1907
Diecisiete años transcurrieron hasta que la imagen de la Virgen fuera trasladada de nuevo. Sucedió el 25 de abril de 1907, desconociéndose el motivo del traslado. Resulta un tanto raro que se produjera en esa fecha ya que en los próximos días se habría de celebrar la romería del primer domingo de mayo y siempre se ha tratado que la traslación de la Virgen no estuviera próxima a las romerías. Sabemos que tuvo lugar en el día mencionado a través del libro de poemas antes citado ya que D. Sixto Roales Nieto, ilustre médico de la localidad, compuso un largo poema dedicado a la patrona por esta causa. Aunque se trata de una serie de alabanzas y súplicas a la Virgen y no se habla directamente del traslado, se pueden leer estos versos:
¡Qué diferencia más grande
entre venir y volverte!
Cuando vienes, llanto alegre
cuando te vas, pena fuerte.(4)
Septiembre de 1927
Sabemos también que el 8 de septiembre de 1927 se produjo un nuevo traslado, esta vez tras veinte años de intervalo. Se da la circunstancia de que el año 1927 es significativo en la historia de la Cofradía. En mayo de ese mismo año, el Obispo de Ciudad Real, D. Narciso Esténaga, había visitado el Santuario dando esplendor con su presencia a la romería. Sea por este motivo u otros, la Virgen acude a Pozuelo, partiendo, posiblemente del Santuario una vez celebrada la romería. Es la única vez que la Patrona viene a la parroquia el mismo día de su fiesta que entonces, como ya ha quedado dicho, se celebraba el día 8. Para tal evento, D. José Hornero Hernández escribió un poema titulado “Saludo y despedida”, del cual extraemos estos dos fragmentos:
Y es tan fuerte el amor que le tienes,
y tan recio por él es tu afecto
que, dejando tu ermita tranquila, con cariño inmenso
vienes hoy a vivir entre ellos,
visitando sus campos y hogares
que cobija tu manto cual cielo.
¡Bienvenida mi Reina y Madre,
al solar de mis padres y abuelos!
¡Bienvenida seas! te grita el Pozuelo
que en mis labios vibrantes de niño
su alma me ha puesto.
(…)
Y ahora ya, mi Patrona adorada,
Reina del Pozuelo,
Virgen de los Santos,
vuélvete a tu Cerro
llevando contigo,
por grato recuerdo
de esta hermosa fiesta
las almas amantes de todo este pueblo.(5)
En los años inmediatamente posteriores a la guerra civil de 1936, la Virgen fue trasladada a Pozuelo en varias ocasiones pero nunca regularmente. Sería en 1970 cuando se planteara por primera vez la regularidad de los traslados. En los estatutos de 1950 se dice lo siguiente, que por otra parte, está tomado de la idea general de las Ordenanzas de 1880:
“Se dispone que, si Dios Nuestro Señor fuere servido probarnos en alguna ocasión con epidemias, falta de lluvia o alguna otra calamidad, se gestione del Reverendo Señor Cura Párroco el permiso necesario para trasladar procesionalmente, y en forma de rogativa, la Imagen de Nuestra Señora desde su Ermita a la Parroquia de esta villa, con el fin de implorar de su poderosa intercesión; lo propio se hará en los casos en que la Junta Directiva lo crea conveniente para estimular y enfervorizar a los fieles en el cumplimento de los deberes religiosos y en la devoción a Nuestra Excelsa Patrona y Madre queridísima. En estos casos se celebrará una solemne función y, una vez terminado el novenario y demás solemnidades religiosas que la devoción de los fieles y Corporaciones acostumbran celebar en semajantes ocasiones, será restituida la Imagen de nuestra Señora a su Santuario con el mismo acompañamiento desplegado en su traslación a esta Villa”(6)
En esa línea se mueven las visitas siguientes aunque alguna de ellas fue meramente ocasional como a continuación observaremos.
Febrero-Marzo 1944
En el mes de febrero de 1944 tuvo lugar en la parroquia de Pozuelo una misión predicada por los padres de Carazón de María, congregación a la que había pertenecido D. Ricardo Rivas, párroco a la sazón. La venida de la virgen sirvió de colofón final para clausurar dicha misión y sucedió entre el 20 de febrero y el 1 de marzo de 1944. Todos nuestros mayores recuerdan con cariño la manifestación de fe que llegaron a suponer tanto la misión como la visita de la Patrona.
Noviembre de 1954
El día 28 de noviembre de 1954 se produjo una nueva visita de la Virgen a su pueblo. El motivo fue especial y extraordinario: El día 8 de diciembre de ese año se clausuraría en Ciudad Real el Año Mariano y, con motivo de esa clausura y para dar más brillantez y solemnidad a la ocasión, se realizaría una concentración de Vírgenes patronas y algunas advocaciones que, sin serlo, gozaban de fama y devoción en la diócesis. La Virgen de los Santos no podía faltar y para ello fue trasladada a Pozuelo en la fecha mencionada para, desde allí, ser llevada a Ciudad Real. Para esta ocasión extraordinaria se construyó una carroza en la que se portó la imagen en la capital y en el camino de ida y vuelta. Todo Pozuelo acompaño a su querida Patrona y cabe destacar que todos aguantaron estoicos el tremendo aguacero que se desencadenó en el regreso de Ciudad Real a Pozuelo.
Con motivo de este acontecimiento, una devota compuso unos versos dedicados a la Virgen que fueron impresos en hojas volanderas y que, de pura casualidad, ha llegado uno de ellos a nuestras manos. Dichos versos han sido reproducidos en el Programa conmemorativo de la Coronación. Sólo son fruto del amor a la Virgen y les falta calidad literaria. Pero sí tienen ese sabor popular propio de gentes sencillas, por lo que no nos resistimos a reflejar algunos fragmentos:
El veintiocho de noviembre
¡qué alegría en el Pozuelo!
que salen mozos y mozas
caminando para el cerro.
Pues van a por su Patrona
que es la Virgen de los Santos,
para llevarla a Ciudad Real
por ser el Año Mariano.
Entre las cinco y las seis
las campanas repicaron
es que divisan la Virgen
que ya viene por el Llano.El año cincuenta y cuatro
estará escrito en tu historia,
la tarde de tu venida
fueron momentos de gloria.
Enero-febrero de 1956
Poco tiempo transcurrió para la siguiente visita. En esta circunstancia la Virgen no fue transportada a hombros como siempre ha sido costumbre, sino que la imagen fue llevada a restaurar a Madrid y, una vez restaurada, se instaló durante unos días en la parroquia y después fue devuelta al santuario procesionalmente en la forma tradicional. Estos hechos tuvieron lugar a finales de enero y principios de febrero de 1956. Era la época de recolección de la aceituna. Muy temprano, casi amaneciendo, salió la Virgen de la iglesia parroquial para emprender el camino de regreso hacia su ermita. Todo Pozuelo salió a despedir a su Virgen antes de iniciar su jornada laboral en el campo.
Las visitas adquieren carácter periódico
Siendo párroco D. Ubaldo Labrador, y a propuesta suya, la Junta Directiva, en sesión celebrada el 13 de septiembre de 1970, tomó el acuerdo, y así consta en acta, de trasladar a la Virgen cada cinco años y en el mes de octubre. Es la primera vez que se plantea el traslado de una forma periódica:
“Por último se confirma así mismo la fecha del día 17 de octubre, para la traída de la virgen al pueblo que precisamente fue acordada por la Junta Directiva, sucediéndose así cada cinco años”. (7)
Octubre de 1970
Así pues, el día señalado acudía puntualmente la Virgen después de más de catorce años de ausencia. Muchos ni siquiera recordaban la última vez y fue una auténtica explosion de júbilo.
En aquella ocasión, durante la estancia de la Madre en la Parroquia, se celebraron dos procesiones: la primera tuvo por objeto visitar a los enfermos e impedidos, acudiendo la sagrada imagen a todas las casas donde hubiera un enfermo o anciano que no pudiera salir a la calle para ver a su Virgen; la segunda procesión tuvo el carácter tradicional de siempre por el itinerario acostumbrado.
Octubre de 1975
En el cabildo o junta general celebrado el 14 de septiembre de 1975 se habló de la venida de la venida de la Virgen al pueblo, según se había acordado cinco años antes. Se cree conveniente traerla para octubrede ese mismo año, aunque se acuerda tratar el asunto con el párroco, D. Ramón Muñoz. A continuación surgieron problemas con la Parroquia que se escapan de nuestro objetivo. Pero, aunque solucionados a medias, lo cierto es que la Virgen llega a Pozuelo a finales de octubre, siendo recibida por el Vicario General de la Diócesis D. Félix Rodríguez Izquierdo que acudió a poner paz y a limar posibles asperezas.
En esta ocasión se suprimieron las palabras de bienvenida que la autoridad eclesiástica dirigía a la Virgen en las puertas de la población para que fueran pronunciadas, en la puerta de su domicilio, por el anciano párroco dimisionario D. Ricardo Rivas, que se encontraba ya muy delicado de salud. Pero el venerable sacerdote hizo fuerzas de flaqueza, dedicando a su querida patrona unas bellísismas palabras con la sabiduría y elocuencia que le caracterizaban.
Octubre de 1979
Aunque no consta en acta, podemos asegurar que tras la anterior visita se había acordado trasladar a la imagen cada tres años. Este es el motivo por el que en una reunión de la Junta Directiva del mes de septiembre de 1978 se plantee de nuevo el tema. Así en el acta de la sesión celebrada el 17 de octubre del mismo año, se lee lo siguiente:
“En septiembre pasado se solicitó la traída de la imagen de Ntra. Sra. de los Santos a la Autoridad Eclesiástica. En fecha de hoy se ha recibido comunicación escrita del Obispado de la que se recoge lo siguiente: …teniendo en cuenta que en octubre del próximo año se realizará la Visita Pastoral a la parroquia, cree el Sr. Obispo que sería mejor dejarlo para octubre de 1979. Por otra parte, como algunos hermanos piensan que es mejor fecha el mes de mayo, podría trasladarse también en mayo del año 1980. Después de estudiar el resultado pastoral de ambos traslados, la Hermandad sometería a votación LA PERIODICIDAD DEL TRASLADO y el mes en que debe realizarse en lo sucesivo”. (8)
En el cabildo de septiembre de 1979 la Junta Directiva informa que la Virgen será trasladada a Pozuelo el próximo mes de octubre, en fecha aún no determinada, ya que se está pendiente de que el Señor Obispo fije la fecha de la visita pastoral. Mas adelante en la reunión de la Junta Directiva de 4 de octubre de 1979 se informa que el día fijado para la visita pastoral esl próximo día 28. Ante esto, la Junta acuerda trasladar la imagen el 27 de octubre.
Así pues, la Virgen llega a Pozuelo el mencionado día, y el siguiente celebro la misa el Obispo D. Rafael Torija, iniciándose así la visita pastoral a la Parroquia.
Octubre de 1983
En Junta Directiva celebrada el 5 de octubre de 1982 se acuerda traer la imagen de la Viergen del 30 de octubre al 6 de noviembre de ese año. No obstante en posterior reunión del 2 de noviembre se acuerda que, dado lo avanzado del otoño y ante el riesgo de posibles inclemencias metorológicas, la Virgen se traslade el año próximo. Más adelante, en una nueva Junta celebrada el 22 de agosto de 1983, se acuerda trasladar a la Virgen el 7 de septiembre para efectuar la procesión el día 8, fiesta de la Natividad de la Virgen y llevarla al santuario el día 18 del mismo mes. Se da la circunstancia de que , al igual que en 1927, la Virgen se encuentra en Pozuelo el 8 de septiembre, aunque en esta ocasión ya no se celebra la romería ese día, sino el primer domingo del mismo mes.
Octubre de 1986
Nuevamente surgen problemas con la parroquia al plantearse la traslación de la imagen. Sin entrar en ellos diremos que durante la estancia de la Virgen se encargó de organizar los cultos por indicación del Obispado el sacerdote D. Tomás Villar, a la sazón párroco de Carrión de Calatrava.
Últimas visitas
Siendo párroco D. José Martín Sánchez de León, la patrona ha visitado su pueblo en 1990, 1993, 1996 y 1999, siempre en el mes de octubre, aprovechándose la visita de 1996 para la coronación canónica de la Virgen. Parece ya consolidado el hecho de trasladar a la Virgen cada tres años, supuesto en la disposición adicional final de los actuales estatutos se dice:
“La imagen de la patrona será traída a la Parroquia cada tres años, siempre que pueda ser en el mes de octubre, y en caso de causa mayor cuando se acuerde”.
En ninguna de las ocasiones ha permanecido Nuestra Señora de los Santos demasiado tiempo en la parroquia de pozuelo. Nunca ha pasado de nueve o diez días. Desde 1970 parece haberse impuesto la costumbre de traerla un sábado y restituirla a su santuario el domingo de la semana siguiente.
Igualmente es tradicional salir del santuario y efectuar un descanso para reponer fuerzas y comer en la “Fuente del Gallego”, aunque últimamente se ha cambiado este lugar por el “Vado de las Peñuelas”, en el río Jabalón. Después de la comida en torno a la Virgen se emprende el camino hacia el pueblo, haciéndose un pequeño alto en la “Casa de Cartón”. Antes de llegar a Pozuelo y, casi en sus puertas, se efectúa una nueva parada para quitar los plásticos que cubren a la Sagrada Imagen y ponerle una capa para entrar convenientemente engalanada en su pueblo. En el “Calvario”, ya anochecido, tiene lugar la recepción oficial con clero, autoridades, banda de música e insignias de todas las cofradías de la parroquia, que acuden para rendir pleitesía a la patrona.
Parece que es tradición bastante antigua el que la Virgen haga su entrada en la población con una capa o toquilla de color azul celeste y tocada con un sombrero o pamela. Así se deduce de la copla popular que hemos reproducido más oariba y lo podemos comprobar en fotografías antiguas de la imagen que fue destruidadurante la guerra civil.
Durante la estancia de la Virgen en la parroquia, últimamente se organizan actos y cultos centrados en la celebración eucarística dedicando un día a un colectivo distinto, siendo este colectivo el encargado de organizar su preparación. Así, un día se dedica a los niños, otro a los jóvenes, otro a los matrimonios, otro a los enfermos y por último uno en sufragio de los difuntos. Normalmente se aprovecha la permanencia de la Virgen para administrar el sacramento de la confirmación a los jóvenes. Igualmente, cada amanecer es despertado el pueblo con el volteo de campanas para acudir al rosario de la Aurora que recorre las calles de la localidad todos los días que la Virgen permanece en el pueblo. Por último, se celbra la procesión general que suele celebrarse el día anterior de la partida de la virgen hacia el santuario. Las calles de la población por donde ha de discurrir la procesión se engalanan con guirnaldas, colgaduras y alumbrado especial. Todo es poco a la hora de ofrecerlo a su patrona.
El regreso al santuario se efectúa el domingo por la mañana tras la misa primera. La despedida oficial se efectúa de nuevo en el “Calvario” con la Virgen mirando a Pozuelo. El camino de regreso se anda con más rapidez que en la venidad llegándose al santuario hacia el mediodía tras hacer una breve pausa en el “Vado de las Peñuelas”.
Durante cierto tiempo se ha creído que mientras durara la estancia de la imagen en la Parroquia, la cofradía tenía que pagar un “alquiler” o estipendio especial pro ocupar la iglesia parroquial. Este extremo nunca ha podido demostrarse y es más bien fruto de la ignorancia. Cierto es que en otros tiempos existían estipendios que la parroquia percibía por la celebración de funciones religiosas, procesiones y otros cultos y eso no sólo la abonaba la cofradía de la Virgen de los Santos, sino todas las demás cofradías e incluso los fieles que, pro devoción, querían costear ciertos cultos. Pero de eso al pago de un “alquiler” existe un abismo.
En definitiva, la venida de Nuestra Señora de los Santos ha supuesto siempre un acontecimiento de singular importancia para Pozuelo, tanto desde el punto de vista antropológico como religioso. Nunca se hace en este municipio preparativo alguno que supere en magnitud el recibimiento de su Virgen. La localidad entera se vuelca a la hora de engalanar sus calles, rivalizando en leal competencia y la iglesia parroquial se ve abarrotada de fieles en todos los actos litúrgicos y fuera de ellos. Existían temores por parte de algunos, cuando se planteó traer a la Virgen con cierta perioricidad, de que si venía con frecuencia podría convertirse en algo monótono. Por fin, se ha podido demostrar que esos temores eran infundados, ya que cada vez aumenta el ardor de los vecinos por recibir a su patrona de la forma más bella posible.