La undécima edición de la Ultra Sierra Nevada, uno de los eventos de resistencia más exigentes y prestigiosos de Europa, dejó este sábado una mezcla de triunfo y drama familiar. Mientras la almagreña Gemma Arenas revalidaba su título en la modalidad de Maratón con una actuación dominante, su marido y preparador, Agustín Luján, vivió un amargo desenlace al perderse en un cruce clave durante la prueba Ultra, donde luchaba por el podio.
El dominio de Gemma Arenas: Autoridad sobre el terreno
En la categoría Maratón (40 km y 2.700 m de desnivel positivo), Gemma Arenas demostró por qué es una de las referentes del trail running español. La atleta de Almagro cruzó la meta en 4:26:20, superando con holgura a sus perseguidoras. Natalia Máñez (4:49:28) y Cristina Ortiz (5:02:57) completaron el podio femenino, pero ninguna logró empañar la contundencia de Gemma, quien repitió su triunfo de la temporada pasada.
«Siempre es especial ganar aquí, pero hacerlo de manera consecutiva añade un valor emocional enorme», comentó Arenas tras la carrera, destacando el apoyo del público y la dureza técnica del recorrido, que combina senderos rocosos, ascensos vertiginosos y descensos técnicos.
En la categoría masculina del Maratón, el triunfo fue para Antonio Alfonso Ruiz (4:04:18), en una lucha cerrada con David Pérez (4:05:44) y Aarón Romagüera (4:07:18). La prueba, aunque menos sorpresiva que la Ultra, consolidó a Ruiz como un nombre a seguir en el circuito nacional.
Agustín Luján: Un giro trágico en la prueba ultra
Mientras Gemma celebraba su victoria, su marido Agustín Luján, el atleta y preparador, participante en la modalidad Ultra (100 km y 5.500 m de desnivel positivo), marchaba en segunda posición y libraba un duelo épico con el francés Cedric Chavet por el liderato. Sin embargo, un error de navegación en un cruce mal señalizado lo desvió de la ruta, dejándolo fuera de la competición.
La Ultra Sierra Nevada, conocida por su dureza extrema y paisajes alpinos, volvió a ser un campo de batalla donde la resistencia mental y física se pusieron a prueba. Este año, la organización registró un récord de participación: 1.700 corredores de 50 nacionalidades, confirmando su estatus como cita obligada en el calendario internacional.
El éxito de un evento que crece en leyenda
La salida nocturna del viernes en el Paseo del Salón de Granada marcó el inicio de esta aventura titánica. Con linternas iluminando el camino, los corredores afrontaron temperaturas gélidas y desniveles que superan la altitud del Monte Everest en acumulación. La combinación de senderismo técnico, alta montaña y resistencia pura define el ADN de esta prueba, que atrae tanto a elites como a amateurs dispuestos a superar sus límites.