Álvaro Ramos salió a hombros por la puerta grande en su Pregón Taurino de Ciudad Real

Memorable faena, aludiendo a los términos taurinos, la del joven maestro Álvaro Ramos en su Pregón Taurino ofrecido en la tarde noche de ayer en el Antiguo Casino de Ciudad Real, que sirve de preludio a la feria taurina de la capital. Pregón en el que ensalzó los valores vivos de la tauromaquia e hizo un repaso a las aventuras y desventuras del mítico “Cagancho” en su devenir torero por los cosos de Almagro y Ciudad Real.

Calatrava Digital.- Brillante e inolvidable el Pregón Taurino que ayer nos ofreció Álvaro Ramos, que en el argot taurino sería como decir que el maestro almagreño en su terna de ayer realizó una faena memorable que le hizo merecedor de salir a hombros por la puerta grande del coso de Ciudad Real. Así podrían titular y rememorar las crónicas taurinas sobre la actuación del joven maestro de Almagro, que al final de su discurso puso en pie a todo el tendido que le ofreció una emocionada y gran ovación. Un pregón que sirve como prólogo a la feria taurina ciudadrealeña y en el que ensalzó los valores vivos de la tauromaquia e hizo un repaso a las aventuras y desventuras del mítico torero sevillano Joaquín Rodríguez Ortega, más conocido por el sobrenombre de “Cagancho”, en su devenir torero por los cosos de Almagro y Ciudad Real.

“El toreo es arte, es vida, es muerte…, es el arte de entender la vida y la muerte…”, explicaba Álvaro Ramos su filosofía, como aficionado a los toros, que mantiene viva la tauromaquia, como actividad plenamente artística, en la cual el respeto, la exigencia, la torelancia y la sensibilidad forman parte de su base. Igualmente, Ramos defendió la modernidad de la forma de entender hoy día la tauromaquia, como el arte más democrático en el que el veredicto se dicta en directo a la vista de todo el público, que participa de manera decisiva en el juicio realizado a la obra presenciada.

“Quedar como Cagancho en Almagro”

joaquin rodriguez ortega, caganchoÁlvaro Ramos en su pregón taurino de la feria de Ciudad Real hizo un repaso a aventuras y desventuras del mítico torero sevillano Joaquín Rodríguez Ortega, conocido como Cagancho, matador de toros gitano, cuyo estilo de toreo de grandes genialidades y numerosas espantadas hizo de él un personaje de leyenda, en su devenir por las plazas de toros de Almagro y Ciudad Real.

“Fue en agosto de 1927 cuando se anunció la corrida que del día 25 torearía el maestro en Almagro. Formaban terna con Cagancho, Antonio Márquez y Manuel del Pozo, Rayito. Según parece ese día Cagancho fue desganado y cobarde, pinchando al tercer toro, y primero suyo, a la hora de matar en el cuello, y después en el brazuelo, lugares ambos absolutamente vedados.

Peor suerte corrió con su segundo toro, el sexto de la tarde, mucho más bravo. Tras el tercer aviso, signo de que el toro es devuelto al corral porque el torero es incapaz de matarlo, sonó mientras Cagancho seguía intentando matar al animal sin salir de la barrera. Lo hacía pinchándole en los costados, en los brazuelos, en cualquier lugar menos allí donde ha de hacerse según marca el arte de Cúchares. Aquellos de los subalternos que se atrevían a saltar a la arena lo hacían con sus espadas debajo de las muletas, se acercaban al toro y le pinchaban también alevosamente, en cualquier parte. Se dice que a aquel toro no lo mataron, lo asesinaron.

Así pues, el torero salió con la Guardia Civil, habiendo tenido que intervenir incluso un destacamento de Caballería del Ejército, para apaciguar los ánimos de un tendido en el que hubo una de las mayores broncas de la historia.

De esta forma relata la crónica de ABC los toros de Cagancho (tercero y sexto): “Tercero. Colorao, bragao y recogido de cuernos. Cagancho emplea varios telonazos al recogerlo, pero sin exposición; luego, en un quite, sale apurádillo. Hay un puyazo monumental de Catalino. Rafaelillo y Guerrilla palitroquean bien. Cagancho sufre en el primer pase una colada. Muletea aliñado y distanciadísimo, empleando pases sin ligar. Entre una bronca, da un pinchazo, echándose fuera descaradamente; otro igual; otro. (Monumental bronca.) Otro cuarteando feamente; otro. (Gran escándalo.) Otra puñalada; cinco intentos de descabello por Cagancho. (Enorme bronca.) Guerrilla apuñala al toro a la primera.”

“Sexto. Grande y con buenas defensas. De salida siembra el pánico entre la torería. Cagancho huye, y el público protesta ruidosamente. Mal picado y peor banderilleado, pasa a manos de Cagancho. La faena de este torero incomprensible es un espectáculo lamentable. Huye ante el toro, pincha como puede y donde puede, agujereando al bicho por todas partes, presa en todo momento de un pánico indescriptible. La bronca es ensordecedora. Suena un aviso, y Cagancho, harto de pinchar, toma la barrera, e intenta marcharse. El público le apostrofa. Rayito descabella, y Cagancho es conducido a la cárcel, en medio de una gritera inenarrable. No puede darse nada más vergonzoso.​

Así pues, a partir de ese momento se comenzó a decir “Quedar como Cagancho en Almagro”.

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